Esta especie de arácnido se expone más frecuentemente en época estival, entre diciembre y marzo de cada año. La cartera sanitaria recomienda tomar medidas para prevenir picaduras.
En toda la geografía de la provincia de Buenos Aires se encuentran escorpiones que, dependiendo de las características naturales, poseen distintos grados de toxicidad según la especie.
Los alacranes o escorpiones son de hábitos nocturnos y durante el día suelen ocultarse debajo de piedras, roncos y cuevas. En ámbitos urbanos están en estrecho contacto con el hombre; habitan en galerías subterráneas, sótanos, cañerías, túneles, y oquedades de paredes.
La especie mas común en la provincia en el Bothriurus bonariensis, fácil de hallar en regiones como el conurbano bonaerense y no representa ningún riesgo sanitario. El único escorpión con importancia medico-toxicológica es el Tityus trivittatus.
La mayoría de los accidentes con alacranes, se producen en ambientes domiciliarios, es por ello que se recomienda:
Mantener los ambientes del hogar ventilados y limpios.
Controlar las entradas y salidas de cañerías, aberturas y hendiduras.
Limpiar periódicamente detrás de cuadros y muebles.
Revisar y sacudir prendas de vestir y calzado antes de usar.
Sacudir la ropa de cama antes de acostarse o acostar un niño.
Evitar caminar descalzo.
No manipular bolsas de tela o papeles, almacenadas durante largo tiempo.
Tener precaución al examinar cajones o estantes.
Evitar acumular materiales de construcción, escombros, leña, hojarasca. Manipular estos materiales siempre con guantes.
Colocar burletes o alambre tejido (mosquitero) en puertas y ventanas.
Los escorpiones se alimentan fundamentalmente de cucarachas y otros insectos, por lo tanto la higiene y fumigación con químicos adecuados es el método mas eficiente para combatirlos.
La población mas expuesta a la picadura son los niños y los ancianos. Los adultos, sobre todo si se encuentran sanos, fuertes y bien alimentados, tienen más posibilidades a resistir el veneno.
El principal síntoma del envenenamiento es el dolor agudo y de alta intensidad en el lugar de picadura. El envenenamiento puede ser solo local, o puede extenderse hacia otras partes del cuerpo con el correr del tiempo.
La persona picada puede mostrar cuadros de alteración del sistema nervioso, con taquicardia, dificultad respiratoria, salivación, lagrimeo y temblores, entre otras, pudiendo observarse, en los casos graves, vómitos, diarreas y alteraciones electrocardiograficas.
Ante una picadura, hay que limpiar la herida con agua y jabón y aplicar frío sobre la misma. De ninguna manera se debe automedicar al paciente. Llamar o trasladar de urgencia a la víctima al centro de salud.
En caso de hallar un escorpión, capturarlo y acercarlo al centro de Salud o la Dirección de Zoonosis. De ser posible, el animal debe estar vivo. Se recomienda utilizar frascos grandes con tapa segura, y ayudarse con cualquier elemento para introducirlo, sin tomar contacto con el escorpión en ningún momento, se aconseja especificar, al momento de entregarlo, el lugar donde fue hallado.
